Con las pelis de Zhangke hay que tener cuidado. Porque no son de las que te dan subidón y te apetece alisarte el pelo, ponerte tacones, pintarte las uñas y salir a disfrutar de las noches veraniegas. Mi última experiencia, muy reciente, consistió en dos horas y cuarto de una sensación agónica, una tensión lenta, la del que sabe que no va a pasar nada, y menos nada bueno. Después de la puñalada trapera directa al corazón del final, pasamos como zombis al documental en busca de rayos de esperanza. Zhangke aseguraba que en la Unión Soviética le habrían considerado un parásito. Su centro de trabajo era todo lo opuesto a como uno se imagina las oficinas de Pixar y todo el mundo fumaba todo el tiempo.
Acto seguido sacamos una Vogue China y empezamos a mirar restaurantes y tiendas de cosas chachis. A los bajones a veces hay que animarlos para que se piren.
A mí más que un parásito me parece un osito que dan gans de achuchar!
Fuente: Filmsmash
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