viernes, 2 de septiembre de 2011

La cosmética vale lo que cuesta











El otro día soñé que compraba una crema para la cara. Hacía todo el ritual habitual de pruebas en la mano, de charla sobre los beneficios, sobre la innovación, sobre lo bien que me iba a ir, otra dependienta además de la que me atendía, me iba preparando en botecitos de plástico muestras de otros productos para que los probara luego, algo para las cutículas, también me lo había probado en las manos mientras la otra me hablaba de lo ideal de mi crema. Cuando iba a pagar me decía que eran 500 euros. Me daba un siroco allí mismo. cogía la crema y decía que no me lo podía creer, buscaba el tamaño y era mínimo, gramos veía yo en el sueó, parecía una pasta de dientes de viaje, y yo le decía a la dependienta, pero cómo no me avisas? pero qué lleva antienvecjecimiento? pero cómo me vendes esto qué aun no me hace falta? no es que no me lo llevo, es que te quedas con la crema es que no tenéis verguenza... Para mi este sueño ha entrado en la categoría de pesadilla.










Fuente: Takeshi Kaneshiro Net

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