domingo, 2 de enero de 2011

A Bear Grylls hay que cuidarle





Si alguien me vuelve a comentar que en El Último Superviviente no se juega la vida, creo que le golpearé. De manera instintiva. Claro que no se juega la vida! Faltaría más! una cosa tan mona, harto se expone. Yo espero que vaya acompañado de un coche con 12 gps, y que los cámaras lleven chalecos salvavidas, y armas cortas y que un helicóptero les sobrevuele constantemente por si acaso y que cuano salta a las cascadas no solo utilicen dos cámaras en dos puntos diferentes para grabar el impacto, no, espero que haya una balsa con un equipo de emergencia peparado y cajas con litros de sangre de su grupo sanguíneo, por si se da en su linda cabecita con una roca y se hace una brecha.




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