Los milagros no existen. Nosotros que somos fruto de una educación maoísta no contamos con ellos. A veces los pedimos por pedir porque no pierdes nada, pero no. Los que se acogían al espíritu racial ibérico de Clemente para ganar o para no descender, eran unos insensatos. Se impuso la lógica, el buen juego, el espíritu de sacrificio, la entrega, el fútbol imaginativo, el impecable estilo de vestir de nuestro entrenador. Que pena lo del sábado que viene. Otro año será. El eterno rival se las promete muy felices porque nos llevan mucha ventaja en cómputo global y porque confían en las teorías de los ciclos y en que todo lo que empieza acaba, pero este era el año de romper la tendencia y si el gili de mourinho no nos desquicia en la champions, en fin, quien sabe. Y nuestros “rivales” tienen muy poca paciencia. Y las estrellas rutilantes saben que no alzar copas deprecia la cotización en el mercado de los salvaequipos. Yo tengo fe confuciana en el nuestro y si encima se nos une sandro, con ese look a lo ben stiller que tiene jujuju, además que es amigo, de un amigo, de un colega….
Nada pudo hacer Clemente, al que siempre le gustó llevar la contraria, por más que le pidiera a su equipo que embistiera como un toro. El problema para los pucelanos es que el Barça es José Tomás. Ambos se superan a diario desde el riesgo y la emoción, a partir de la ética y la técnica, igual de expuestos ante el enemigo, prohibido dar un paso atrás, convencidos de que si no se superan a sí mismos en cada actuación serán acusados de decepcionar. Así las cosas, los azulgrana no pararon de jugar hasta el final para suerte de una hinchada muy festiva desde el descanso, feliz por el éxito de su equipo.
Tan dulce se puso la noche que Guardiola dio salida a Ibrahimovic, a Henry y a Iniesta. Nunca un partido de la presente Liga, siempre exigente y pesada, había resultado tan plácido y emotivo en un Camp Nou entregado de nuevo a Messi, a la Masia, al més que un club, a un líder en 28 de las 38 jornadas, al trofeo Zamora (Valdés), al Pichichi (Messi), al mejor campeón de la Liga por puntos. Nadie ha ganado la Liga con tanta autoridad y rotundidad como el Barça. No por esperada, resultó menos bonita, así que largamente festejada por la gent blaugrana. (Extracto de El País)
Tan dulce se puso la noche que Guardiola dio salida a Ibrahimovic, a Henry y a Iniesta. Nunca un partido de la presente Liga, siempre exigente y pesada, había resultado tan plácido y emotivo en un Camp Nou entregado de nuevo a Messi, a la Masia, al més que un club, a un líder en 28 de las 38 jornadas, al trofeo Zamora (Valdés), al Pichichi (Messi), al mejor campeón de la Liga por puntos. Nadie ha ganado la Liga con tanta autoridad y rotundidad como el Barça. No por esperada, resultó menos bonita, así que largamente festejada por la gent blaugrana. (Extracto de El País)
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